Programa de transformación del pajarillo
Gestiona tu energía
En un estado ideal, hay un flujo universal de energía que tiene lugar libremente a través de un nosotros equilibrado y realmente no tendríamos que dedicar tiempo o esfuerzo a administrar «nuestra» energía.
Por otro lado, nuestros cuerpos, tanto el físico como el energético, están manifestándose, al mismo tiempo, como una unidad integrada en la energía universal y como unidades individuales con barreras y diversas capacidades.
Estamos profundamente afectados por las energías de otros y del mundo en el que vivimos.
Algunas de esas energías son nutricias y de apoyo y, generalmente, capacitan para vivir y trabajar.
Somos responsables del mantenimiento de nuestros cuerpos físicos y energéticos.
Algunos de nuestros encuentros con otras energías, así como algunas perturbaciones y patrones internos, pueden dejarnos desequilibrados o agotados.
En un estado desequilibrado ciertas tareas o estados del ser son difíciles, si no imposibles, de realizar.
Elige un par de preguntas de las que están abajo para meditar:
¿Qué es lo que tus cuerpos (físico, emocional, mental y espiritual) necesitan para funcionar de forma óptima?
¿Cómo te sientes?
¿Faltan elementos energéticos o están demasiado presentes? Por ejemplo, flexibilidad, comodidad, calidez, vigor, frío, fogosidad, calma. ¿Se necesita que haya más espacio interno?
A un nivel muy elemental, la naturaleza nos provee de energías que pueden reequilibrar cualquier cuerpo que no esté equilibrado. Todos necesitamos los elementos tierra, fuego, agua, aire, espacio. ¿Cómo harías para conseguir algunas de esas energías? ¿Qué elemento sientes que podrías necesitar más? ¿De qué elemento crees que tienes demasiado?
¿En qué parte de tu cuerpo y mente se atasca la energía y no fluye libremente?
Una pista: donde sea que haya dolor, no importa qué tipo de dolor (físico, emocional o espiritual), es hora de proporcionarle un espacio benévolo.
Si tu sistema energético estuviera funcionando de forma óptima, ¿cómo lo sentirías o qué te parecería? Imagínalo en detalle.
Un punto para reflexionar: no importa qué elemento puedes necesitar más para entrar en equilibrio, se necesita que haya alguna habilidad y voluntad para estar abierto a más flujo de energía. Esto puede causar algunas turbulencias temporales si una área determinada ha estado congelada o apagada durante mucho tiempo.
Explora: en un estado relajado, usando tu propia voz y diversos sonidos, haz vibrar varias áreas de tu cuerpo. Dedícale al menos 15 o 20 minutos. Observa el efecto.